Durante años, los padres han evitado dar jugo de frutas a sus hijos por temor a que este dañe su salud dental. Sin embargo, un reciente estudio publicado en la revista PLOS One arroja luz sobre cómo la saliva puede ser el aliado inesperado en la protección de nuestros dientes. Investigadores de la Universidad de Portsmouth, dirigidos por el profesor Mahdi Mutahar, revelaron que aunque el jugo de manzana interrumpe temporalmente la protección dental, la saliva puede reparar el daño en tan solo diez minutos.
El estudio involucró a 32 voluntarios que se enjuagaron la boca con jugo de manzana y luego con agua del grifo. Los resultados fueron sorprendentes: el agua causó más alteración inicial en las propiedades protectoras de la saliva que el jugo. Este hallazgo sugiere que la saliva tiene una capacidad notable para restaurar su función protectora tras la exposición al jugo.
“Durante mucho tiempo se ha creído que el jugo de manzana daña inmediatamente nuestra salud bucal, incluidos los dientes”, comentó el profesor Mutahar. “Sin embargo, nuestra investigación muestra que la saliva juega un papel vital en la protección y rápida reparación de la boca”.
No obstante, el consumo prolongado o frecuente de jugo de manzana puede sobrepasar la capacidad reparadora de la saliva, advierten los investigadores. La clave, según recomiendan, está en beber el jugo rápidamente, enjuagar con agua después y permitir que la boca se recupere entre consumos.
A medida que los investigadores continúan explorando los efectos del consumo frecuente de jugo, también están considerando la posibilidad de agregar proteínas protectoras a las bebidas para mejorar su seguridad dental.