La Navidad podría sentirse diferente este año. Importadores y minoristas en Estados Unidos advierten que la guerra comercial con Asia está afectando directamente la oferta de árboles artificiales, luces y adornos, productos esenciales para las festividades.
De acuerdo con Chris Butler, director ejecutivo de National Tree Company, una de las mayores proveedoras de árboles de Navidad en el país, la empresa importó 25% menos producto este año debido a los nuevos aranceles impuestos a artículos provenientes de Asia. “Definitivamente vamos a ver una escasez de oferta. Si los consumidores quieren decorar, deben actuar con anticipación”, señaló Butler en entrevista con CNBC.
Además del desabasto, se prevé un incremento de precios de hasta 10%, una consecuencia directa de los costos adicionales por las tarifas aduanales. Fabricar estos productos en territorio estadounidense no es una alternativa viable, advirtió Butler, quien explicó que “un árbol producido localmente costaría entre dos y tres veces más”.
Los datos respaldan las preocupaciones. Según ImportGenius, las importaciones de National Tree Company cayeron 58% en agosto y 70% en septiembre, los meses clave para el sector. “Una reducción así sugiere expectativas bajas para la temporada navideña”, afirmó William George, director de investigación de la firma.
El rastreador comercial Vizion también reveló una disminución drástica en la llegada de contenedores desde Asia: de 113 el año pasado a solo 14 en la misma semana de 2025.
Esta situación no solo golpea al comercio minorista, sino también al ánimo de los consumidores, para quienes el árbol de Navidad es un símbolo de unión familiar. “Estamos intentando salvar la Navidad”, expresó Butler, quien ha sostenido conversaciones con el Departamento del Tesoro estadounidense en busca de medidas que mitiguen el impacto de los aranceles.
Los analistas recomiendan anticipar las compras. “Quienes planeen decorar su hogar deberían hacerlo cuanto antes, porque el inventario será limitado y los precios seguirán al alza”, advirtió Butler.
En medio de la incertidumbre económica y la disminución de la demanda global, el espíritu navideño enfrenta un nuevo desafío. Este diciembre, advierten los expertos, las luces podrían brillar un poco menos.