Después de más de una década de investigaciones y expectativas, la llamada “desextinción” dejó de ser ciencia ficción. La empresa Colossal Biosciences, con sede en Estados Unidos, ha anunciado el nacimiento de tres cachorros con rasgos del extinto lobo huargo —especie que desapareció hace 13,000 años— como parte de un proyecto que combina edición genética avanzada y clonación.
Los animales, dos machos llamados Rómulo y Remo, y una hembra llamada Khaleesi, fueron creados a partir de células de lobo gris modificadas con 20 genes identificados en restos fósiles del lobo gigante, también conocido como dire wolf. Los tres ejemplares nacieron en una instalación privada en el norte de Estados Unidos y presentan características físicas inéditas entre los lobos actuales: mayor tamaño corporal, pelaje blanco y denso, colas gruesas y una especie de melena.
“Estamos creando copias funcionales de algo que solía estar vivo”, declaró Beth Shapiro, directora científica de Colossal, quien calificó a los cachorros como el primer caso exitoso de desextinción. El equipo logró aislar ADN antiguo de dos fósiles clave: un diente hallado en Ohio y un cráneo de Idaho, lo que permitió identificar mutaciones cruciales que distinguían al lobo huargo de sus parientes vivos, como los lobos grises y los coyotes.
Colossal, valorada en 10 mil millones de dólares, inició este experimento tras enfrentar desafíos técnicos en proyectos más ambiciosos, como resucitar al mamut lanudo y al dodo. Al enfocarse en los lobos huargos —estrechamente emparentados con perros y lobos grises— aprovecharon avances previos en clonación canina.
La empresa también anunció la clonación de híbridos de lobo rojo y coyote, con la intención de fortalecer la diversidad genética del lobo rojo, una especie en peligro crítico que sobrevive principalmente en Carolina del Norte.
Sin embargo, el logro ha generado un debate entre expertos. “Es emocionante poder crear versiones funcionales de especies extintas”, opinó Adam Boyko, genetista de la Universidad de Cornell, aunque advirtió que estos ejemplares no pueden considerarse lobos huargos auténticos. “No se crían en manadas ni consumen la dieta ancestral, y eso limita lo que podemos aprender sobre su comportamiento real”, explicó.
El proyecto también ha generado interés en comunidades indígenas como la Nación MHA en Dakota del Norte, que lo considera un símbolo de la responsabilidad humana con la naturaleza. Aun así, los científicos advierten que liberar estos animales en la naturaleza sería extremadamente complejo. El ecosistema ha cambiado drásticamente desde la última Edad de Hielo, y la competencia con lobos grises actuales podría generar nuevos conflictos.
La desextinción, aunque prometedora para la conservación de especies, plantea interrogantes éticos, ecológicos y legislativos. Mientras algunos celebran el renacimiento de una especie extinta, otros recuerdan que aún no se han resuelto los problemas que enfrentan los lobos vivos hoy, amenazados por la caza y decisiones políticas. El futuro de estos “fantasmas genéticos” dependerá tanto de la ciencia como del debate público.