Cada año, las mordeduras de serpientes venenosas causan entre 81,410 y 137,880 muertes en todo el mundo, lo que equivale a una víctima mortal cada cinco minutos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Con motivo del Día Internacional de Concienciación sobre las Mordeduras de Serpientes, que se celebra el 19 de septiembre, la OMS ha reiterado su compromiso de reducir a la mitad el número de víctimas mortales para 2030.
David Williams, experto de la OMS en serpientes y mordeduras, advirtió que los niños son el grupo más vulnerable, representando más de un tercio de todas las muertes. Por cada persona que fallece, otras tres quedan con discapacidades a largo plazo o permanentes, incluyendo amputaciones de extremidades, lo que exacerba la situación de pobreza en las comunidades afectadas.
Las serpientes venenosas habitan en una variedad de ecosistemas, desde selvas tropicales hasta desiertos. Las mordeduras son más comunes en países de ingresos bajos o medios, especialmente en Asia, África y América Latina. India es el país más afectado, con una media de 58,000 muertes anuales causadas por mordeduras de serpientes.
La OMS ha lanzado una estrategia global para reducir las muertes y discapacidades causadas por las mordeduras de serpientes. Esta estrategia incluye un programa para evaluar la eficacia de los antídotos actualmente en el mercado y la implementación de un modelo comunitario para la adquisición, suministro y distribución de tratamientos. Este modelo se pondrá a prueba por primera vez en África occidental el próximo año.
El cambio climático también plantea nuevos desafíos, ya que podría afectar la distribución geográfica de las poblaciones de serpientes. La OMS anticipa que algunas especies de serpientes se verán obligadas a migrar a nuevos hábitats, lo que incrementará el riesgo de encuentros con seres humanos. Esta situación podría complicar aún más los esfuerzos por reducir las mordeduras y sus consecuencias.
Con la implementación de estas estrategias y la promoción de la concienciación global, la OMS espera disminuir significativamente el impacto devastador de las mordeduras de serpientes, salvando vidas y evitando discapacidades en las comunidades más vulnerables.