El café, una de las bebidas más consumidas en el mundo con un promedio de 10 mil millones de kilogramos al año, podría ser más que un simple placer cotidiano. De acuerdo con investigaciones recientes, su consumo moderado se asocia con una posible disminución en el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.
Un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, realizado por científicos chinos, analizó durante nueve años a 204,847 personas en el Reino Unido, de entre 40 y 69 años. Los participantes fueron divididos en tres grupos: quienes no consumían café, quienes bebían una o dos tazas diarias y quienes consumían más de tres. Los resultados mostraron que los grandes bebedores –aquellos que tomaban más de tres tazas diarias– presentaron un 34% menos riesgo de desarrollar Parkinson y un 47% menos probabilidades de morir por enfermedades neurodegenerativas.
Sin embargo, los propios autores señalaron que los datos aún no son concluyentes para establecer una relación causal directa. Es decir, no se ha determinado si el café realmente protege contra estas enfermedades, si la aparición temprana de las mismas influye en los hábitos de consumo, o si existe un factor desconocido que conecta ambas variables.
Además, investigaciones como la publicada en Nutritional Neuroscience en 2021 sugieren que el exceso de café podría tener efectos adversos. Consumir más de cinco o seis tazas al día se relacionó con una reducción en el volumen cerebral, especialmente en el hipocampo, una región clave para la memoria. Por ello, los expertos recomiendan un consumo moderado, de una a tres tazas diarias.
Mientras los estudios futuros aclaran el papel del café en la prevención de enfermedades neurodegenerativas, esta bebida sigue destacando por sus otros beneficios. Además de ser un potente antioxidante, ayuda a mejorar la concentración y podría tener efectos protectores en el corazón y el hígado.
Por ahora, los amantes del café pueden disfrutar su sabor y aroma únicos, conscientes de que, como en muchos aspectos de la vida, la clave está en la moderación.